Me desperté y comprobé que no me podía levantar, de hecho no podía mover ni la mínima parte de mi cuerpo, solo mis ojos. Es media noche, la habitación esta ligeramente iluminada por la luz de la luna. Me intento mover, lo intento con todas mis fuerzas, cuando ,de repente, lo veo. Mi mente viaja instantáneamente al día 12 de abril. Estaba en uno de los restaurantes más lujosos de Madrid, esperando a reunirme con el jefe de una de las mayores mafias, Ignacio Merina. Odio la imputabilidad y más cuando se va a discutir temas importantes. Mientras estaba observando a las personas que me rodeaban, todas muy adineradas, me apostaría toda mi fortuna a que todas han llegado aquí a través de trapos sucios incluido yo, pues para llegar hasta aquí he realizado actos horribles de los que no me arrepiento en absoluto, porque para llegar al poder es necesario hacer sacrificios. Tras veinte minutos de espera, por fin aparece, va vestido con un traje muy elegante y unos zapatos súper llamativos con muchos brillos, es de piel morena y cabello castaño lo que hace más destacable su pendiente dorado que lleva en la oreja izquierda. Cuando me ve se dirige hacía mi y se sienta en la mesa, enseguida nos toma nota la camarera, pedimos una botella de vino y la comida, yo opto por el plato estrella del restaurante, arroz con bogavante mientras que Merina se decanta por salmón ahumado. Cuando se retira la camarera hablamos de los negocios , ambos queremos tener Madrid para poder vender ya que es una oportunidad de oro. Y evidentemente como no lleguemos a un acuerdo va a haber fuertes consecuencias, porque no pienso permitir que estropee mi negocio y me da igual hacer actos inhumanos con tal de tener el poder. Terminamos la cena y yo la pago para demostrar el dinero y el poder que tengo. Al final discutimos sobre el asunto y no llegamos a ningún acuerdo. Mi enfado es brutal y no soy yo el que va a ceder. Mi chofer personal ya me esta esperando pero, antes de subirme al vehículo le miro y le digo con una sonrisa amenazadora. Cuídate las espaldas no vaya a ser que ocurra algo horrible y me subo al coche pero antes de arrancar el golpea la ventanilla y cuando la bajo me dice dulces sueños mientras me guiña el ojo, y me voy ya a mi mansión.
Mi mente regresa al presente, y le observo con manchas de sangre en su ropa que intuyo que será de algún miembro de seguridad que protege la casa. Por primera vez en mi vida siento miedo, intento gritar pero mis labios no responden. El se va acercando poco a poco a mi y mis pulsaciones se aceleran cada vez más, siento como la sangre me bombea la cabeza y como mi corazón se me va a salir del pecho. Quiero salir corriendo pero mi cuerpo está completamente paralizado, está claro que alguien me ha traicionado y ha hecho algo para que mi cuerpo no se mueva. Llega hasta mi y se inclina hacia mi oído y me dice con su arrogante voz “dulces sueños”, y, entonces lo siento, un objeto afilado me atraviesa el pecho, en ese momento vi toda mi vida pasar ante mis ojos y un sentimiento de arrepentimiento por todo lo que he hecho me invade, hasta que de repente todo se desvanece.
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